Anochecer [D.T]

*Estaba la mar de tranquilo dejándome llevar por el suave bamboleo de las olas que, aunque no lo pareciera, era relajante. Había llegado a la playa según terminé mi turno a la tarde en el hotel. Solía venir a menudo porque prefería el agua salada del mar al cloro del de la piscina del hotel. Habían sido unos días, incluso el de hoy, muy extresantes. Empiezan las vacaciones y el hotel está en puro auge de entrada de huéspedes. Aquello era una locura, pareciese la terminal de un aeropuerto. Y venir a nadar lejos del trabajo me hacía desconectar*

*Me había quedado distraido mirando al horizonte, moviendo a ratos las manos y los pies para no hundirme, que no me había dado cuenta que el sol casi estaba desapareciendo de mi vista, cayendo la noche. Y, de repente, siento cómo algo impacta contra mi. No lo esperaba. Me encontraba solo la última vez que me fijé en lo que me rodeaba. Lo primero que mi inteligente cuerpo hizo fue hundirse de la impresión.
Al salir a la superficie, hize mi pelo hacia atrás y me froté el agua salada de los ojos, intentando mirar contra qué me había chocado. Ahí estaba, una chica. Una chica que se disculpaba. Suspiré. Después de todo, no había sido un tiburón o algo parecido* No hay culpa sin sangre *Le contesté mostrando una leve sonrisa*

*sonreí mas visiblemente, seguro a esta luz se podrían ver reflejados el blanco de mis dientes* Derek Tarner, señorita. A sus servicios *le contesté en broma. Le hubiese ofrecido la mano, pero estábamos metidos en el agua, y era un poco difícil, así que solo la moví un poco en el aire en señal de saludo. Más entretenido hubiera sido en la arena, así le hubiera podido hacer una reverencia fingida. Suelo ser muy burlón* Y usted, bella dama? *le pregunté, haciéndome de caballero. Después de todo, ella empezó la broma*

*Asentí con la cabeza ante su ofrecimiento* Claro.. *me miré las manos* ..no querremos terminar como pasas *le contesté en broma, teatralmente. Me sumergí por última vez en el agua, para refrescarme e intentar domar algo mis pelos reveldes, y me dirigí junto a ella a la orilla, donde podríamos charlar más cómodamente, sin el meneo del agua de por medio impidiendo nuestros libres movimientos*

*Nadé detrás de ella. En realidad, estábamos suficientemente alejados de la orilla, porque tardé bastante en poder tocar la arena con los pies. Una vez lo conseguí, caminé hasta lograr salir completamente del agua, excepto por las olas que rompían contra la orilla y llegaban a mis pies. Me acomodé el bañador [ver] y me arreglé lo que pude el cabello. Me acerqué a donde había dejado lo poco que traje y me enfundé mis gafas de sol [ver], me volví hacia ella y le sonreí* Podemos caminar.. si quieres *le contesté a su ofrecimiento*

*Cuando ella recogió sus cosas, me dio tiempo a mi de coger la camiseta y la toalla, la cual me pasé alrededor del cuello, cayendo ambos trozos de tela por mi pecho, y las sandalias, que colgaban de mis dedos. No me las ponía porque tenía la arena pegada a los pies y no queria que se me mancharan, además de que estábamos caminando por la orilla del mar, por lo que las olas nos mojaban cada dos por tres. Caminaba junto a ella, intentando mantener una conversación* Siempre he vivido aquí *le contesté, encogiéndome de hombros* ¿qué te trae aquí a ti? *pregunté con cierta curiosidad en mi voz*

*Me encogí de hombros* Bueno.. en una isla no es que pueda correr para muchos lados *le dije con cierto tono burlesco en mi voz* ya sabes.. agua por todos lados.. *sonreí. Me sentía cómodo hablando con ella. Me daba cierta confianza, y eso que era prácticamente una desconocida. Podría ser peligrosa y yo ni cuenta me habría dado. Pero no, no podía ser eso. A menos que al cerrar sus ojos, viendo una cara de satisfacción cuando las olas lograron dar con ella, fuera todo imaginaciones mías. Lo del hotel me sorprendió. No la había visto antes por ahí. O a lo mejor no me había fijado lo suficiente* Sí *asentí* lo conoco *le contesté únicamente*

*Mi sonrisa no se demoró demasiado en salir* Mi isla .. *divagué* ¡Qué bien sonaría eso, no? *le pregunté bromeando ante lo que había dicho ella hace nada. ¡Qué fantástico sería ser dueño de todo! De sueños se vive no? Además, sigue siendo gratis soñar. No perdía nada.
Al parecer sí que la iba a ver después de habérmela encontrado, o mejor dicho, que ella me encontrara a mi. ¿Quién hubiera dicho que estaría alojada en mi hotel?* sí que lo conozco *asentí con la cabeza, para luego negar* No me aburres *sonreí de lado* Soy buen oyente *le contesté*

*Me encogí de hombros* Es agradable charlar con alguien para variar *sonreí. Luego quiso saber sobre mí. ¿Qué le podía contar? Mi vida era demasiado aburrida. Carente de aventuras. Y ella parecía una chica de mundo* En cuanto a mi.. no sé.. *quedé pensativo, pasando los dedos entre las puntas de la toalla que descansaba sobre mis hombros. Me dijo de conocer la isla, y sí que la conocía. Algo tenía que hacer con mi tiempo libre* ..creo que me la conozco muy bien *le dije no muy seguro de mí mismo. No es que la fuera a sorprender con las maravillas de la isla, ella misma podía darse cuenta de esas cosas* en fin.. es mi hogar.. tú misma podrás haberte dado cuenta.. *le dije encogiéndome de hombros*