Dánae Fellow

Nombre: Dánae Fellow

Edad: 22

Lugar de residencia habitual: Francia

Grupo:Huésped

Orientación Sexual:Heterosexual

Descripción física:

Spoiler:

Descripción Psicológica:
Risueña, sociable, juguetona y extrañamente encantadora. Podría decirse que Dánae no va con el tiempo y el espacio que le ha tocado vivir. Muchas veces considerada algo exagerada y tremendamente renegona. Ella es una muchacha que no se deja manipular con facilidad ya que posee carácter fuerte, diseñado para ocultar aquella fragilidad que guarda tan celosamente en su interior. Siempre busca ver el lado positivo de las cosas, pero eso no quiere decir que lo logre.

Gustos:
- Sin duda, los vehículos que más le agradan son las motos. Adora viajar en ellas, pero odia que la velocidad no sea la “adecuada”, es decir, más de 300 km/h.
- El chocolate, los libros, la música y una hermosa puesta de sol, son algunos de sus gustos, pero si en verdad quieres agradarle lo único que tienes que hacer es llevarle unas cuantas cerezas.

Odios:
- Aborrece que le mientan, a pesar de que ella misma utiliza ese recurso.
- ¿Fiesta?. Si buscas una buena compañera de parranda… no la mires a ella.

Historia:
Nacida en una familia típicamente norteamericana. Sus padres tuvieron un matrimonio trágicamente feliz hasta que ella cumplió los 9, después de los cuales la hermosa vida se rompió y el divorcio cambio sus rumbos.

Vivió con su madre hasta los 16, época en la cual descubrió su gran pasión por el teatro. Trató de pertenecer a alguna compañía de impro pero no lo consiguió. Fue después de esta decepción que decidió irse a pasar una larga temporada con su padre, cerca del cual se encontraba una academia de arte dramático. Estudió un año entero lo que ella consideraba su “destino”, pero lo dejó en cuanto descubrió la magia de los libros.
Dánae nunca ha soportado más de un año y medio realizando la misma actividad.

Quiso estudiar medicina, literatura, diseño, derecho y hasta hizo unos cuantos intentos para chef, pero el gusto por una carrera en específico no le duraba tanto como para terminarla.

A los 20, después de tantos sueños e ideas inconclusas, tomó la iniciativa de encarrilarse y decidir de una vez por todas que diablos haría con su vida, pero no fue hasta dos años más tarde que desarrolló dicha idea. El tiempo no tiene el mismo significado para ella y para el resto del mundo.
Ahora, ha viajado a un hotel algo raro, cortesía de su padre, en el cual buscará aquella inspiración y concentración que anhela conseguir… pero lo más seguro es que solo se meta en unos cuantos problemas.